Quiero.

Quiero ser besada con esa pasión asfixiante que te hace estremecer todo el cuerpo.
Quiero ser abrazada con la fuerza suficiente para que me suenen los huesos y la suavidad atrapante para que me unan todos los pedazos de nuevo. Tanto del corazón como del alma.

Quiero que me acaricien con la delicadeza de una flor, de una pluma o de un pedazo de algodón.
Quiero que me miren y me regalen la sonrisa mas amplia que el corazón le permita. Que los ojos le brillen como si hubieran encontrado un tesoro único, como si hubieran visto la caja de Pandora.

Quiero que me vea dormir y piense lo afortunado que es de tenerme. Que soy la criatura más hermosa en la tierra.

Quiero que me posean de todas las formas existentes y en todas las maneras de decirlo.
Quiero que me cuenten los lunares a besos y me los unan a caricias, formando constelaciones.

Quiero apoyar mi cabeza y escuchar un corazón acelerado, simplemente con mi cercanía.
Quiero que me mimen el pelo como si fuera una niña y me recorran la espalda hasta provocarme escalofríos.

Quiero que me provoquen todo eso.
Quiero que me lo provoques.