Transtorno de Tinkerbell.

Tinkerbell, Campanita o Campanilla. No importa su nombre, todos la conocemos ¿Verdad? Bueno, para quienes no la conocen, es la pequeña hada del tan famoso Peter Pan.

Hay algo clave que deben conocer de las hadas (o por lo menos de ésta). Son tan pequeñas, que sólo les entra un sentimiento a la vez. No pueden sentir, por ejemplo, amor y pasión. U odio y envidia. O tienen una o tienen la otra. Seguro se preguntan a donde quiero llegar con todo ésto si es que llegaste a leer hasta acá, digo eso porque es muy probable que cuando leíste "hada" cerraste la pestaña y seguiste con eso tan productivo como revisar las historias de Instagram a ver si esa persona vio la foto que subiste o entrar a twitter a ver si hay algún quilombo.

Paula, volve al tema.

Bueno, a lo que voy al hacerles conocer ese pequeño pero inmenso detalle, es que hay personas Tinkerbell.
Hay personas tan intensas o tan sensibles, que sólo pueden con una emoción a la vez, no importa si es buena o mala. No pueden manejar varios sentimientos, por lo tanto el sentimiento que están presenciando, les resulta inmenso. Más grande que todo su cuerpo. Como si tuvieran un aura inmensa de ese sentimiento que los rodea.

Las personas Tinkerbell pueden ser muy puras de corazón, pero si los/as haces enfadar es muy probable que sea como despertar un volcán. Recordá, un sentimiento a la vez = un sentimiento gigante.

No conozco muchas personas Tinkerbell (de hecho, creo que no conozco ese tipo de persona) pero me han dicho que soy una de ellas. ¿Y saben que? Nos considero especiales. Amamos con todo nuestro cuerpo, nuestro ser, nuestra alma. Hacemos las cosas con una pasión desbordante y palpable.



Las personas Tinkerbell, sencillamente, somos geniales.

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