No hay casualidad.

Jamás creí en las casualidades. En las causalidades, quizá, pero... ¿Casualidades? No, no existen.

Soy fiel creyente de que todo tiene un lugar, un momento y una persona indicada, y que por ende, nada puede pasar "porque si".
¿No te tomaron en un trabajo? Vendrá uno mejor. ¿Te pidieron un tiempo? Bien, capaz vos también lo necesitabas y no te atrevías a pedirlo. Utilizalo para enfocarte en vos y mejorar. En el mejor de los casos, ese tiempo se acaba y las cosas mejoran con esa persona, en el peor de los casos, no vuelven más.

Todo tiene una razón de ser y estar. Las personas y las cosas tienen su tiempo de acomode, pero es necesario seguir adelante, sin aferrarse al pasado, pero sin soltarlo del todo. Porque a veces, soltarlo del todo no es la solución, a veces necesitamos estar conectados a un hilito de lo que fue para resolver lo que será.
Las cosas buenas atraen cosas buenas, cambiar lo negativo de nuestra vida es lo que va a hacer la diferencia más adelante. Porque lo que ahora se ve terrible, más adelante mejora. Todo mejora si uno pone el esfuerzo para que lo haga. La razón de ser y estar es esa, hacer que las cosas sean y estén, en parte. No podemos esperar que la magia suceda si no aprendemos a hacerla.

Ahora puede ser todo oscuro, pero en su futuro, será tan brillante como un sol de enero.

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