Nunca sos muy joven para amar o para sufrir.

Todos alguna vez escuchamos el: "Sos muy joven para estar tan herido/sentirte así", como si hubiera una edad específica para empezar a sentirse mal e incluso, para sufrir.

De hecho, empezamos a sufrir desde pequeños. Por ejemplo, con una simple raspadura de rodilla que para nosotros es como si fuera un hueco de bala. Porque nuestro único amiguito del jardín no fue ese día y nos sentimos solos.

Crecemos un poco mas, pero seguimos sufriendo, hiriéndonos o sintiéndonos mal. Por un corazón roto, del cual nunca imaginaste sufrir. Por una resaca, de la cual te mentiste a vos mismo diciendo "Neh, yo tengo aguante. Lo paso como agua a esto."

Crecemos un toque mas y, ey! El dolor o el sentirse mal sigue ahí. Tenes jaqueca por el estrés del trabajo. Te hiere tu familia planteándote o recordándote las expectativas que tenían con vos y no las estas cumpliendo. Te sentís mal porque dijiste cosas que no querías en medio de una discusión.

Y llegamos a crecer del todo y... Oops, herido de nuevo. Porque te hiciste anciano y tu familia ya no te visita. Porque el amor de tu vida falleció o lo dejaste ir de joven y ahora te das cuenta. Porque tu cuerpo te dice que tenes la cuenta regresiva.

En fin, somos seres que sufren muchísimo (así como pueden amar muchísimo, creanme).
No hay edad para "sentirse herido/dolido/mal", porque siempre vamos a poder tener al menos una razón (física o emocional) para sentirnos mal. En vez de juzgar a aquellos que no la están pasando bien, es mas productivo apoyarlos, ayudarlos y darles el cariño que puedas (o que te salga).

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