Boomerangs's life

Creo que tanto el amor como la vida es un boomerang.

Cuando algo se va, vuelve. Capaz no de la misma forma, ni del mismo color, incluso no del mismo tamaño. Pero que vuelve, es seguro.

Todos arrojamos boomerangs alguna vez, y sabemos que si lo hacemos bien, vuelven.
Salvo esos boomerangs feos y rotos, que nunca nos gustaron o que cuando volvieron nos pegaron justo en la frente. A esos dejalos de lado, no los vuelvas a arrojar porque van a volver y te van a volver a golpear de seguro.

Creo que las personas también somos una clase de boomerangs.
Me refiero a que a veces perdemos a un ser querido y de pronto conocemos a alguien que nos recuerda a él/ella. Por su forma de actuar, caminar, bailar. Por sus ojos, su pelo, la forma de sus labios. Por su estatura quizá o por su edad. Pero hay que recordar algo: NO SON LA PERSONA PERDIDA. Es simplemente, un boomerang transformado.

No vivamos de ese boomerang perdido, dejando ir uno que ya tenemos pero pensamos que es igual al anterior. Nadie es igual a nadie, parecido quizá, pero igual nunca.

Los boomerang de calidad y buenos, vuelven. Si los agarras a tiempo y los abrazas como si fueran lo mas hermoso que viste, podes quedártelo toda la vida. Sino estarías teniendo un boomerang inservible que sólo va y cuando regresa golpea o se cae al suelo antes de tiempo.


Todo vuelve, a veces transformado, mejorado, pero vuelve.

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