La combinación hace al misterio.

La belleza y la maldad son casi lo mismo, uno complementa a otro a veces.


Podemos encontrar la belleza en medio del caos, de la maldad, de la frialdad.
Así también podemos encontrar la maldad en la belleza, en lo único y original.

Uno está ligado al otro, por el simple hecho de que ambas cosas pueden ser tan atractivas como destructivas por separado, pero si juntas ambas cosas, encontras algo raro. Misterio.

El misterio es el producto de la belleza y la maldad combinada. Te atrae, te seduce, no te deja pensar sin sacar de tu mente esa "belleza". Te obsesiona y te pone demente...
En cuanto caes en la trampa del misterio es difícil salir. Una vez que te agarra, te desgarra, te mata, te tortura. Pero lo aceptas por la ceguera a la belleza.

Si conocen la series "Skins" (la británica, no la estadounidense) sabrán reconocer porque la belleza y la maldad son casi lo mismo. Un nombre:  Effy Stonem.
Ella es la encarnación de esa frase. Es tan atractiva que no podes no mirarla, no querer ser ella.
Pero así mismo es tan destructiva que una vez metido en su vida, es muy difícil salir sin ser herido de alguna forma.

Todas alguna vez deseamos ser Effy. Una belleza que te envuelve en sus redes, pero que nunca se enamora. Y si lo hace, no lo dice. Porque ella es el misterio, ella necesita saber que la adoras, la amas, la admiras. Que soñas con ella de noche y de día. Pero lo mejor es su falta de demostración. Todos sabemos que ella siente (es un ser humano, todos los humanos sentimos) pero ella nunca te revelaría lo que siente por vos, porque eso la haría débil.


La destrucción y la belleza se complotan para volverte loco y te atrae tanto que te dejas arrastrar por esa locura.

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