Me gustas

Me gusta el ruido del cigarrillo consumiéndose y el humo bajando por mi garganta. Me gustan mis piernas tonificadas y mi piel tan blanca que se me ven las venas. Me gusta mi contoneo de caderas al caminar y como las minifaldas sueltas se me despegan y azotan mi cuerpo a cada paso.
Me gusta mi cabello colorado y mi castaño natural, me gustan mis rizos extremos y mi lacio dominante. Me gusta cuando un rayo de sol penetra mis retinas y florece un matiz de verde entre mis gamas de marrones. Me gustan mis cejas marcadas y oscuras, me hacen la mirada perversa y poderosa.
Me gustan mis uñas rojas, doradas o sin nada. Me gustan los vestidos tan cortos que te provoca ansiedad por ver algo mas y así mismo, me gustan los vestidos largos, tan largos que te de la imaginación a saber que hay debajo. Me gustan mis tatuajes, todos significan algo o me representan en alguna forma.
Me gusta el resonar de mis pasos cuando uso tacos altos y los colores de labiales que te provocan ganas de saber cual es mi sabor. Me gusta la curva que separa mi espalda de mis glúteos y la redondez de mis glúteos que se separan de mis piernas. Me gusta mi cintura aunque sea discreta y mis caderas con vida propia al escuchar una canción resonante.
Me gustan mis libros y mis artículos. Me gusta el vodka, el agua y el café, pero el té siempre me gana. Me gusta escribir y me gusta recibir. Me gusta tomarme fotos y que me las tomen, no es el mismo ojo el que las ve. Me gusta jugar con las poses, con mi remera, con mis medias hasta los muslos. Me gusta que me digan cuánto les agrada lo que escribo, no por ego, sino porque se sienten identificados. Me gusta mi risa resonante y que mis emociones se vean tan fácilmente como si fuera transparente.


Básicamente, Paula, me gustas.

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