Hoy nació una estrella.

Para algunos hoy es un primero de junio común y corriente. Otros ni siquiera saben que es primero de junio, otros incluso están cumpliendo años y por eso es especial, justamente a eso voy. Hoy cumple años un icono.

Marilyn Monroe.

La rubia de ojos tristes que se fue de esta vida de forma rápida, repentina y misteriosa (o no tanto).
La blonda de curvas peligrosas. Los hombres morían por ella y las mujeres querían ser ella (de hecho, algunas siguen intentado captar su esencia).
Para algunos no es más que una simple persona que falleció. Yo simplemente la admiraba y admiro, porque rompió esquemas, barreras, se enamoró, sufrió, quiso vivir el sueño de todas las chicas de su época. Fue una mujer elegante, diferente, sin ni un pelo de vulgaridad y con toda la sensualidad natural que su personalidad desarrolló.
Muchos debemos pensar que es muy triste que ya no esté en cuerpo (porque en alma va a estar siempre que nosotros la dejemos allí). Yo prefiero pensar que se fue en el momento justo. Ese 5 de agosto estaba marcado para que fuese el día de la muerte de una estrella. Pero, ¿Alguna vez pensaron como sería si ella estuviera entre nosotros todavía? Yo si.

Arrugada, desfigurada, irreconocible, entre drogas y champagne (más de lo que seguramente lo estuvo de joven), tal vez en quiebra y siendo recordada como "La rubia que alguna vez fue bella".
Sinceramente, prefiero quedarme con su imagen de eterna juventud antes que haberla visto muerta por la tecnología (tanto en celulares como en estética).
Marilyn Monroe fue, es y será una de las mujeres mas bellas de Hollywood, nos guste admitirlo o no y tal vez su muerte fue lo mejor que pudo haberle pasado. Pensemos en todo lo que podría haberle pasado de no haber fallecido, seguramente estaría arruinada en más de un sentido.

Hoy es el nacimiento de una estrella, de un ser que marco vidas, que impuso modas. Que amó y fue amada, pero amó a las personas incorrectas.

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