Inestabilidad y dinero, combinaciones letales
Ya lo dijo Carrie Bradshaw: "Hasta no estar emocionalmente estable, no entres a ninguna tienda". Y si vamos a ser sinceros, hay un deje de realidad muy grande ya que tenemos la necesidad de sentirnos mejor con nosotras mismas, dándonos autoregalos para llenar un vacío emocional. Todos lo hemos hecho y lo seguiremos haciendo.
Mágicamente cuando salís de una relación entras en otra: comprar.
Si si, comprar es la nueva relación de dependencia emocional que desarrollamos. La fórmula es muy simple. "Si siento un vacío, compro aquello que me llene ese hueco y así sucesivamente."
Lo genial de ésta teoría y fórmula es que es totalmente comprobable, mis ahorros saben sobre eso. Al finalizar la relación que mantenía a principios de año, cada mes encontraba algo nuevo que "amaba". Por suerte para mi (y mala suerte para el capitalismo y los negocios de ropa, zapatos, accesorios, etc) es que mi tarjeta de crédito no cuenta con un alto valor de crédito, pero... Mis ahorros eran quienes me habían arrojado al pozo de comprar como desquiciada.
Lo peor es que cada día encontraba una tienda nueva y mi mente me decía «No tenes fondos suficientes, ni siquiera juntando tus ahorros con la tarjeta. Seguí participando, quizá para tu próxima ruptura llegues». Aún sigo viendo y coleccionando cosas que mi cuerpo desean y consideran como "necesarios" para curar, pero ahora tengo la capacidad de llevar un cálculo mental de cuantos meses debería ahorrar. A decir verdad, ésa relación compulsiva de dejar tu cuenta bancaria en cero puede ser mucho más estable que la relación física de la cual saliste (o te sacaron), triste pero verdadero.
Todos pasamos por la relación de comprar, no es nada nuevo ni raro, es bastante común caer en esa trampa. Sabemos que nuestra estabilidad se está reacomodando cuando olvidamos la lista de objetos por comprar, tarde o temprano pasa, mientras tanto disfruta soñando con lo que algún día tendrás u olvidarás.
Mágicamente cuando salís de una relación entras en otra: comprar.
Si si, comprar es la nueva relación de dependencia emocional que desarrollamos. La fórmula es muy simple. "Si siento un vacío, compro aquello que me llene ese hueco y así sucesivamente."
Lo genial de ésta teoría y fórmula es que es totalmente comprobable, mis ahorros saben sobre eso. Al finalizar la relación que mantenía a principios de año, cada mes encontraba algo nuevo que "amaba". Por suerte para mi (y mala suerte para el capitalismo y los negocios de ropa, zapatos, accesorios, etc) es que mi tarjeta de crédito no cuenta con un alto valor de crédito, pero... Mis ahorros eran quienes me habían arrojado al pozo de comprar como desquiciada.
Lo peor es que cada día encontraba una tienda nueva y mi mente me decía «No tenes fondos suficientes, ni siquiera juntando tus ahorros con la tarjeta. Seguí participando, quizá para tu próxima ruptura llegues». Aún sigo viendo y coleccionando cosas que mi cuerpo desean y consideran como "necesarios" para curar, pero ahora tengo la capacidad de llevar un cálculo mental de cuantos meses debería ahorrar. A decir verdad, ésa relación compulsiva de dejar tu cuenta bancaria en cero puede ser mucho más estable que la relación física de la cual saliste (o te sacaron), triste pero verdadero.
Todos pasamos por la relación de comprar, no es nada nuevo ni raro, es bastante común caer en esa trampa. Sabemos que nuestra estabilidad se está reacomodando cuando olvidamos la lista de objetos por comprar, tarde o temprano pasa, mientras tanto disfruta soñando con lo que algún día tendrás u olvidarás.
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