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Mostrando las entradas de octubre, 2016

De ansiedades y otros problemas.

Y se atoró. Se atoró de palabras no dichas, de acciones gastadas, de pensamientos bloqueantes y de angustias inundativas. Se atoró de problemas ajenos que quería solucionar, de problemas propios que ni sabía cómo manejar. Se atoró de siempre querer que todo esté bien, incluso si eso hacía que quedará desgastada mental y físicamente. Se atoró de todo. Del mundo que la rodeaba, del mundo que se inventaba. Su ansiedad no la dejaba pensar claro, no la dejaba escribir cosas coherentes porque quería decir mil ideas a la vez. Quería saber exactamente qué iba a ser de su vida de acá a medio mes, pero no podía. No podía controlar ese aceleramiento inhumano que sentía, que emanaba, que producía. La mínima cosa ya la tenía maquinado  pensando en los porqués y los como de cada cosa, de cada situación y de cada persona. Hasta que finalmente se desencadenó. Llegó el momento en donde declaro guerra y eso implicaba tolerancia cero pero angustia a un +100. Se desencadenó su llanto porque le ardí

Temor a lo simple.

Escondía todos los marcos de fotos en su armario porque temía a los recuerdos. Le temía a lo que esos recuerdos le hacían sentir. A los momentos donde fue feliz, pero ya no estaban vivos. A las personas que se veían a su alrededor y hoy ya no existían. Le temía a llorar por angustia, por miedo, por extrañar momentos, personas, lugares. Tenía miedo de no volver a vivir lo que aquellas fotos borrosas mostraban. Tenía miedo a no volver a sentir. Mostrarse fuerte había funcionado, pero tenía esos momentos en donde escarbaba en el pasado solamente para recordar como se veía cuando todo era mas simple. Su curiosidad muchas veces le ganaba y mientras sonreía dejaba ir una lagrima (¿De emoción? ¿De melancolía? ¿De rabia? Como saberlo, se guardaba todo). La llave del armario sólo ella conocía su paradero, no quería que nadie supiera de su temor. Le temía a los recuerdos porque muchas veces no superaba el hecho de no tener esos sentimientos de nuevo, de sentirse sola, de desconocer d

Climáticamente iguales.

¿Se dieron cuenta que las personas somos como el clima o como las nubes? Somos como los amaneceres, energéticos, libres y llenos de nuevos comienzos. Pero a si mismo, somos como los atardeceres, esperando lentamente el final del día para dejar todo atrás. Todo aquello que cargamos durante horas, muere en la noche. Justamente, a veces podemos ser fríos como una noche de pleno julio. Distantes, silenciosos, solitarios. También podemos ser la calidez de una tarde de enero. Relajados, somnolientos, felices sin razón particular. Somos aquellos días despejados en donde pensamos con claridad, donde ayudamos a quien lo necesita y tenemos tolerancia con el otro. Pero nos guste o no, también somos las tormentas eléctricas llenas de amenazas, desesperanzas y sufrimiento. Algunas veces somos aquellas nubes blancas, esponjosas e inmaculadas. Con nuestra mas sincera inocencia y juventud. Otras, somos nubes negras cargadas de ira, promesas de arrasar con todo, de no dejar nada

Calm down.

Despertó con ganas de comerse al mundo... No, no. Despertó harta, cansada de soportar cosas que se guardaba ¿Por qué se las guardaba? Porque le habían enseñado que "Ignorando" era más fácil. No podía ignorar más. Cansada de sonreír antes sus superiores, de mirar de reojo a sus pares y de tener aire superior ante los más pequeños. Se cansó de ser la que siempre escucha porque era "la buena amiga", la que "podía solucionar los problemas ajenos". Estaba cansada de respirar hondo y contar hasta 10, de tratar de ser paciente,  de intentar estar en el otro lugar. Se cansó. No soportaba más seguir todas las reglas para no tener problemas con nadie. No quería ceder más ante peticiones ajenas. No toleraba ponerse la máscara de "estoy cansada, por eso tengo esta cara", cuando en realidad estaba con tolerancia cero hacia la vida. Se estresada con facilidad, se enojaba con profundidad y se angustiada en silencio. Tratando de resolver todo sóla para que

Petite.

¿Por que a las mujeres (no todas, pero si en mayoría) nos cuestan tanto aceptarnos? Me pasaba entre mis 14 hasta mis 16 que me resultaba demasiado complicado aceptar un hecho concreto: Mis senos pequeños. Si, me resultaba muy difícil ver cómo mis amigas se desarrollaban y yo seguía en la espera de un milagro (ojo, a veces lo sigo esperando). Ahora en mis 18, puedo comprender que todo va más allá de dos bolsas de grasa pegadas al pecho (nos guste o no, eso son). Mis estándares de belleza son, por ejemplo, Kate Moss, Natalie Portman, Kate Hudson, Keira Knightley... Si, todas de senos chicos,pero por Dios que hermosas son! Los senos chicos nos dan la libertad de usar creo casi cualquier cosa y no quedar vulgares. Podemos usar vestido con espaldas infinitamente largas y escotes infinitamente profundos sin ser las mal vistas del lugar. Corpiños totalmente delicados. Con encajes soñados y elegantes que sólo a nosotras nos quedan bien. Somos un cerezo japonés ¿Por qué? Simple. Nos v

Dos caras de una misma moneda.

Era el olor antes de la lluvia. Ese por invasivo, reconocible, puro y hermoso. Pero también era el dolor en las noches. Era ese dolor de soledad penetrante, hiriente, que te apuñalaba lentamente y te  abría el cuerpo sin anestesia. ¿Como podía ser cosa tan contradictorias? Era la calma del mar, el que te relaja, te hace disfrutar, te libera de pensamientos  estresantes. Pero al mismo tiempo era una tormenta eléctrica, negra, gris y blanca. Con rayos que quemaban y rompía todo a su alrededor. Con la fuerza de un huracán, un terremoto y un tsunami a la vez. ¿Como podía ser aquellas cosas tan calmas y con tanta fuerza a la vez? Era la timidez de alguien de 12-14. Con esa inocencia casi tonta, pero que te llenaba de dulzura. Pero en cuanto conocías su persona realmente, podías reconocer la perversión y el deseo que la movían en cada paso. Esa forma de caminar que te enloquecia, como su espalda se enderezaba y sus músculos (o pocos músculos) se movían bajo su piel. Era la frialdad d

In the name of love.

¿Cuando eras chico, alguna vez te dijeron que te iban a herir de amor? ¿Te dijeron que ibas a pasar por al menos 3 sentimientos a la vez, entre lazados, complotandose y matandote por dentro? ¿Te dijeron que ibas a tener miedo de perder a alguien? ¿Te nombraron las cosas lindas que te iba a brindar el amor? En nombre del amor, no... No te lo dijeron nunca. Simplemente querían que vos supieras que se sentía el amor, del mas mínimo al mas grande, ese que te llena por dentro despacio. Como cuando llenas una pileta. Te da ansiedad ver cómo se llena y cuando al fin está lista, te tiras de cabeza, sin importar nada, sin ver, solo tomas aire, cerras los ojos y sin darte cuenta ya sentís rozar el agua en tu piel. Así es el amor. En nombre del amor, vengo a decirte que saltes a esa pileta, que te ahogues, que te dejes salvar. Digo que si sentís un incendio dentro tuyo, te dejes quemar, te hagas cenizas y renazcas. Digo que te tapes los ojos, agarres la mano de la otra persona y camines po

Embriagada en vos.

Verlo dormir, puedo jurar que era la perfección. Veía como sus rasgos duros se ablandaban y sus rasgos blandos (cuando se relajaba) se endurecían en algunos casos. Veía los poros de sus pómulos, sus cejas casi transparentes, su barba colorada (Que bien le quedaba, por dios.), sus labios finos y rosados que te invitaban, te llamaban y te reclamaban a que los acariciaras y besaras, y sus ojos... Esos ojos poco comunes. No eran celeste cielo, no eran gris nublado. Era la mezcla de ambos mundos. Era un color de ojos frío, pero al mismo tiempo te daba seguridad, te reconfortaban, te cuidaban. Al dormir tenía la respiración de un cachorro. Esas respiraciones que inhalaba profundo... Y exhalaba de golpe, como si sacara todo lo que tenía guardado y acumulado dentro. Como si se liberara de todo lo que pensaba o sentía. Como si inhalara todo lo bueno y retiraba de su cuerpo todo aquello que le hiciera mal. Cuando abría los ojos de golpe y veía su confusión por verme mirarlo dormir (O su sor

Entre flores y espinas.

Entre tanta búsqueda de la felicidad, se perdió ella misma. Estaba entre medio de un amor marchito y uno restaurandose. Necesitaba tener lo mejor de ambos, pero ¿Como tener lo mejor si son dos amores diferentes? Sentía que al corazón le habían tirado un puñado de rosas recién cortadas, con las espinas al filo, cortando cada centímetro de su ser. Las espinas le entraban en el alma, se movían en su cuerpo y rompían cada parte de lo que era.  Su única opción era arrancarlo de raíz, aunque eso implique quemar las rosas, remover la tierra y tirar las semillas a donde no puedan crecer de nuevo. Todos preguntaban por el amor marchito y el renacido, pero ¿Alguien preguntó por el dolor que le causó cortar las rosas con las manos? ¿Alguien a caso sintió como a ella le corría la sangre tibia por las manos al dejar todo atrás, al pensar en esos dos amores y no pensar en ella? Nos preocupamos por los "sufridos" y no por aquellos que son los encargados de arrancar, terminar, alejar tod

Constelación de sentimientos.

A mi pequeña constelación, esa que nunca deja de brillar a pesar de que a veces se apague un poco... Ella era como una estrella fugaz, como un meteorito. Brillaba a toda velocidad hasta que se estrellaba contra algo y ahí en vez de volar, se daba cuenta que debía caminar, pero nunca dejaba de brillar. Era una constelación de sentimientos. Cada sentimiento era una estrella y cuando los unías y comprendías, era algo hermoso y único. Y cuando finalmente rebalsaban sus estrellitas llamadas sentimientos, se moría en una explosión, arrasando con ella misma, con su cuerpo, su mente, su ser. Explotaba y se transformaba en una galaxia. En una única y hermosa galaxia. Una galaxia oscura, con bombas rosas y estrellas por donde la miraras. Una galaxia de sentimientos que renacía cada vez que lo necesitaba y cuando renacía, volvía de una forma diferente. Ella era todas las galaxias en un cuerpo, porque su explosión nunca tenía la misma intensidad. Era una estrella fugaz que viajo durante

Saltar.

Ellos eran diferentes pero se entendían a su modo. Él se mostraba frío y distante con casi todos, hasta que lo empezabas a conocer un poco mas, escuchar sus pensamientos, ver su forma de ser y sólo te dabas cuenta que era un armadura por viejas heridas. Ella era dulce con la mayoría de la gente, menos con él. Con él, su mecanismo de defensa frente a todos era ser distante, pero juntos se complementaban, se equilibraban se transformaban. Solo necesitaban una cosa, una simple cosa... Saltar. Debían saltar al todo o a la nada. Debían arriesgarse a saltar para saber si volarían o se caerían y en el caso de caerse, averiguar si la caída iba a ser dura o suave, Debían saltar para conocer la claridad y la oscuridad de la otra persona y así, sólo así descubrir todo de ellos y saber si son la persona indicada. Juntos eran diferente a lo que mostraban frente a todos. A solas, sabías que había una comodidad y confianza que no habían sentido en mucho tiempo. Eran de esas parejas disparej

Exclusividad.

Ser exclusivo a alguien es un total elección propia. Uno es quien elige si quiere ser partícipe de la vida de una o varias personas, por ende, acá voy... A vos te digo. Si, vos. El que me hace reír por el humor ácido que tiene. El que me malcría con pequeños detalles. El que puedo pasar horas hablando de todo o de nada y que no haya silencios incómodos. SI, A VOS te digo que estoy eligiendo ser exclusiva tuya, pero no quiere decir que necesariamente seas exclusivo mío. ¿Por qué elijo ésto? Simple. No necesito de mas nadie, ni quiero estar con mas nadie. Por el simple hecho de que me gustas vos y solo vos. Si, puedo encontrar atractivas a algunas personas, pero ninguna me ocasiona el bien estar que lo haces vos. Pasar tiempo con vos implica absorber todas tus historias, tus gestos al contarlas y conocerte más. Nunca estuve tan fascinada con alguien como con vos, ese es un hecho que cualquiera que me conozca un poco podría decirlo. Para muchos la exclusividad es "perder algo

El primer hombre que me rompió el corazón.

Olvidamos lo que sentimos por una persona hasta que nos llega un mensaje, lo vemos en la calle, tenemos algo que nos recuerda a él/ella, etc. ¿Y saben que? Me pasa, justo ahora. Y no, no es amoroso este tema. Si es una relación, pero no hay amor, ni cariño ni ningún lazo que nos una. Simplificándolo: Mi papá. O lo que dice en mi acta de nacimiento. Para ser clara y directa, se puede decir que él fue el primer hombre en romperme el corazón. ¿Duro, no? Pero es así. Creí haber superado cualquier tipo de rencor o sentimiento de desagrado hacia esa persona. Pero no, nunca se me va cuando veo un mensaje de él en un grupo familiar y me doy cuenta que no es capaz de preguntar por mi en privado. Creí haberme dado por vencida con ese tema, actuando como si el tema no me tocara, ni me importara. Pero resulta que no. Una parte mía sigue enojada por las mil y una que pase con él (Una relación de cortar y volver donde sólo yo volvía con ganas de arrancar de cero. O sea, una relación tóxica

Volviendo.

Las personas tenemos esa manía de volver a aquellos momentos o lugares donde encontramos amor, cariño o comprensión (a nuestra manera, tal vez). No juzgo a aquellas personas porque simplemente no soy tan básica y porque lo he hecho. Si, he vuelto a aquellos lugares donde me encontraba bien. Tenemos la manía de muchas veces, no despegarnos de esos momentos, lugares o personas. De dejar un pedazo de eso agarrado a nuestro ser. Como si podáramos un árbol, pero nos quedamos con la raíz.  Y lo hacemos simplemente porque sabemos que podemos encontrar ahí, porque lo conocemos perfectamente, porque sabemos que puede haber ciertos cambios (en algunos casos) pero no demasiados bruscos. Volvemos al inicio de todo si es necesario. Al choque de estrellas. A desarmarnos en un orgasmo. A la adrenalina de una montaña rusa. A la fuerza de una canción de Evaescence. Si tenemos que volver, volvemos. Las personas hacemos eso porque nos gusta volver a donde estallamos una vez. Nos gusta sentir que el