De lo opcional a lo inevitable

Vamos por más, nos acercamos a los límites. Lo decidimos y así va a ser, no nos importa el futuro, el ahora es arriesgarse. Lo lograste, llegaste al final, pero... ¿Ah, no te habías dado cuenta, no? Si, no todo es maravilloso, no todo es glitter en el aire, no. Te la diste en la frente y ahora no sabes que hacer. 


Las consecuencias no las vemos hasta que las tenemos frente a nosotros.
El más racional puede tener sus consecuencias (no arriesgarse por meditar de más una situación) y el más impulsivo se lanza al todo o nada. Las consecuencias de lo que hacemos o decimos no las medimos hasta que de pronto, tenemos cara a cara ese final.
Guiados por el impulso nos dejamos dominar, porque en el momento parece una idea increíble, agobiantemente buena, inmensamente genial y al momento de enfrentar lo que hicimos entramos en pánico, mentimos y escapamos. Nuestro instinto de supervivencia nos indica huír, pero el daño está hecho.
No medir nuestras palabras hacen que a corto o largo plazo, alejemos a todos aquellos a quienes queremos. Claramente a veces es intencional la maldad de la palabra o la crueldad de un simple acto, el problema es cuando no somos consciente de que herimos al otro.
Las consecuencias se ven tan transparentes como el agua de lluvia y eso puede ocasionar el dolor en la misma piel. Algunos preferimos herirnos a nosotros que herir a propóstio a otro, pero no siempre se puede lograr.
Despegarse a tiempo de aquello que acarreamos con los años nos hacen sobrevivir, pero mas importante, nos hacen vivir. Nos hacen no tener consecuencias que crecen como una bola de nieve colina abajo. Porque las consecuencias se acumulan y se expanden, son como un virus bacterial que contagian a los cercanos y los no tantos, y sin darnos cuenta nosotros podemos ser el creador e incubador de ella, en vez de ser el antibiótico, la vacuna. No medir las consecuencias es no tener magnitud de quienes somos, seamos realistas, casi todos conocemos que podemos llegar a hacer/decir y que consecuencias podemos tener basados en experiencias pasadas. Quien se limpie las manos de "desconocer" cualquier sea la consecuencia que pueda enfrentar está siendo hipócrita consigo mismo.


Las consecuencias las tenemos frente a nosotros pero hasta que no pasa lo peor no lo vemos, ¿a caso queremos evitar lo evidente o simplemente esperamos equivocarnos en la predicción de lo que sucederá?

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Encontrar aquello perdido es encontrarse a uno mismo.

La generación de la venganza

#Girlboss, motherfucker.