I'm not bossy, I'm the boss

«00:15. Tendría que estar durmiendo. ¿Cuantas horas me quedan? ¿Por qué el ansiolitico no hizo efecto si hace rato lo tomé? No, basta. Paula, calmate, estas pensando muchas cosas al mismo tiempo. 00:25. La puta madre, ¿sigo despierta? ¿En que momento empecé a depender tanto del tiempo? Ah si, cuando empecé a trabajar. Ay, ojalá fuera como Sophia Amoruso, una completa Girlboss. Girlboss. Girl-boss. ¿Me quedará esa palabra? Si, yo decido como definirme. 00:30. Okey, los párpados me estarían pesando...»



¿Hay definición de una completa #Girlboss? Sí, puede haber variaciones, pero todas podemos o somos girlbosses.
Mientras la cabeza me maquinaba a un 200% (nada nuevo en mi vida), me dí cuenta lo fácil que era ser girlboss y lo poco que estaba desaprovechando ese don o ese puesto en la vida, por ende, el primer pensamiento fue «hora de hacer un cambio, de adentro hacia afuera, de lo evidente a lo invisible, pero tengo que hacerlo» y me llevan a todo esta cambio. El cambio estético del blog es lo que primero se puede notar (y el cambio de URL), pero va mas allá de eso.
Me levanté con ganas de, por fín, tomar el control de mi vida (de aquellas cosas que puedo controlar). De no esperar absolutamente nada de la gente, porque todos sabemos, "mejor sorprenderse que desilusionarse" y tanto la cabeza como el cuerpo se me habían agotado de desilusiones (al menos por este 2017). Eso implicaba dejar de hablar con personas que no tienen interés en mi, traduzcase a "dejar de buscar si no me buscan", también dejar de idealizar a las personas de una forma porque eso me estaba generando sentimientos pero eran falsos, me estaba enamorando de una ilusión creada por mi ¿y cuanto iba a durar? Sólo el universo lo sabría. También implicaba conocer mis limitaciones, con esto quiero decir, si me cancelas dos veces no voy a insistir una tercera, me vas a tener que buscar vos. Dentro de mis cambios claves, estaba el de las relaciones. Por meses había estado clavada en que quería una relación y me estaba dañando a mi misma en no tenerla, por eso era hora de ponerse en modo Carpe Diem y que las relaciones vengan cuando tengan que venir.
Estaba en un cambio revolucionario que yo lo sentí de la noche a la mañana, pero las probabilidades de que se estuviera gestando hace meses era inmensa.



Girlboss implica ser jefa de mi vida, mis deciones, lo que hago y lo que digo, no lo que entiende el resto. Prepárense, por mucho tiempo no van a leer de corazones rotos (no mío, al menos). Girlboss it's in home.

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