Síndrome de Amy Winehouse

No sé si existe algo como tal. Quizá el nombre se lo inventé porque fue la primer persona que me pareció que encajaba en ésto o probablemente tenga un nombre más médico que desconozca, pero yo voy a llamarle el “Síndrome de Amy Winehouse” y no es algo asociado al abuso de drogas o alcohol, va en algo más profundo que también podría ser considerado como droga, pero no viene ni en pastillas, ni en polvo, ni se fuma o inyecta.


El amor.


Sé que siempre hablo de esto, pero creo que esta vez puedo darle otro enfoque.
Básicamente se trata de una falta de amor importante que desencadena amar incondicionalmente a quienes no te aman o no con la fuerza que uno lo hace. Si nos vamos directamente al ejemplo de Amy, ella amo tanto a Blake Civil que la termino matando (desde mi punto de vista, el abuso de drogas se lo provocó él. Siempre que se alejaban del otro ella renacía y cuando volvían a verse, las sustancias tóxicas dominaban su cuerpo).
En un contexto más usual, menos famoso y por supuesto, menos dramático, creo que en la niñez la falta de amor paterno (en las mujeres) o materno (en los hombres) marcan de por vida. Creando patrones de caer en el amor no correspondido o tóxico. De amar a quien te rechaza porque conoces eso como amor. Quienes resuelven sus temas infantiles de falta de cariño por alguien tan importante, su vida amorosa está resuelta. Para quienes no lo resolvieron, siguen en un constante círculo vicioso de amar hasta que el cuerpo duele y en el momento que quieren cortar con ese círculo, sienten el vacío de un no amor. Es como si al adicto le sacaras las drogas de un día para el otro; se enojan, lloran, piden piedad, cometen actos suicidas, etc. Lo que diferencia al adicto a las drogas del adicto al amor no correspondido, es que el segundo no dice ni una palabra. Simplemente trata su abstinencia en silencio, tratando de arrancar el problema de raíz pero lo que desconoce es que el inicio de todo sigue ahí.
Los problemas maternales/paternales siguen latiendo, sangrando, hiriendo. Porque cortar las “relaciones” no son la respuesta. La resolución a todo está volver a lo inicial, a resolver eso que siempre dejamos de lado pensando que “no es tan grave”, “ni para tanto”. A la larga o la corta, fracasamos en las relaciones por el rechazo que tuvimos.
Volviendo al ejemplo, Amy aceptaba el “amor” que Blake le brindaba, simplemente por una ceguera constante a no entender el daño que él le ocasionaba y eso se remonta al padre de ella, quien siempre la presionó a ser la bella estrella que fue cuando ella gritaba a más no poder que necesitaba ayuda. Un hombre que prefería verla en un escenario antes que en un centro de rehabilitación (en el documental “Amy, la chica detrás del nombre”, se comprende mucho de ella y por sobre todo, se la ama aún más).
Todo tiene un sentido, ¿cómo vamos a amar a alguien si quién se suponía que nos amaría incondicionalmente nos rechaza, nos usa o nos abandona? La psiquis es esa caja fuerte donde hay cosas de la cuales no somos conscientes hasta que lo descubrimos y comenzamos a unir eslabones.

El amor es tan adictivo como las drogas y tan peligroso como un arma apuntándonos directamente al pecho.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Encontrar aquello perdido es encontrarse a uno mismo.

La generación de la venganza

#Girlboss, motherfucker.