My not very charming friend

Caminaba y la escuchaba. Como para no escucharla, su voz es tan particularmente familiar que no podía evadirla. «¿No podes irte por un minuto? No te pido tanto, necesito aire.» Pensaba casi siempre, casi todo el día, casi todos los años desde que la conozco. 


Ella siempre estaba a mi lado, haciéndome compañía, incluso si no la llamaba. A veces estaba en los pequeños detalles, otras en mi tormenta negra y espesa que es mi vida en ocasiones. Estaba en mis relaciones, en mis planes a futuro y por sobre todo, a la hora de dormir. Se despertaba a la madrugada y era imposible hacerla callar. Era como si toda su vida te la contara noche tras noche, una y otra vez, como si yo no supiera sobre ella. 

- Tenés que preguntarle sobre ese tema. Dale, hacelo, ya.- Me exigió ayer.
- No, no puedo sacar un tema así de la nada. Cada cosa a su tiempo.- Le respondí con la tranquilidad que iba perdiendo.
- ¿Mirá si le preguntas y te dice eso que no queremos escuchar? Uhhhh mejor, ¿mirá si le preguntas y considera que estas siendo invasiva y no quiere verte más? Eso sería un combo grande con extra papas, boluda. - Prácticamente lo decía entre risas, porque a ella le resultaba divertido ver como yo perdía la calma.
- No, basta. No empieces con esas cosas porque no es justo para mí, no es justo que me hagas esto. - Respondía con un cambio en mi respiración.
- Bueno, bueno, cambio de tema si TAN mal te pone... ¿Qué planes tenés para cuando termines la carrera? - Me hablaba limándose las uñas y dándome miradas de reojo.
- Todavía no la empecé... Pero bueno, sabes que mi idea es ir a New York. O sea, espero tener buenos promedios y sacar alguna beca para ir allá, no sería mala. - Le respondí alzando los hombros con mi aire de "hagamos de cuenta que no había pensado en eso".
- ¿Y si se te arruina el promedio? ¿Y si alguien mejor se gana tu beca? ¿Y si jamás conoces New York? Porque, vamos, no es barato el vuelo hasta allá.- Me dijo con su sonrisa llena de malicia. Esa sonrisa que quería decir "Me gusta jugar con tu mente, es divertido ver como puedo manejarte".
- ¿Que pasaría si lo que sea que tengas con él no funciona? Ni siquiera se cómo decirle, ¿Vos sabés? No, pero deberías preguntarle eso también. - Su abanico de temas jamás terminaba.
- Primero, lo que sea que somos ya lo hablaremos, quizá es demasiado rápido ahora y lo último que quiero es espantarlo. Segundo, si no funciona... Y bueno, no hay mucho por hacer, se termina. - Le dije casi con un tono de obviedad.
- Ja... Sóla de nuevo. ¿Que cosa, no? Siempre te elegís los mismos. Los que no quieren demostrarte si sienten algo por vos, quizá porque no sienten nada, quizá por miedo o quizá porque sos demasiado emocional y sensible. ¿No te cansas de eso? Digo, vas a quedar sola como forever... Bah, yo voy a estar con vos, como siempre. - Sus palabras de crueldad calaba hasta los huesos.
- Basta, necesito que no sigamos con esto. ¿Que hora es? - Le pregunté con un nudo en el estómago y la garganta a fuego alto por reprimir las lágrimas. 
-22: 30..  Uh... ¿En serio vas a hacerlo? Todas las noches es lo mismo, no me lo hagas de nuevo.- Toda su maldad se evaporó, ahora era ella la temeraria. 
-Es la única forma de que te callés.- Se lo dije seria, porque lo decía en serio. Proseguí a ingerir lo necesario y no la escuché más. 

Mi amiga, enemiga o compañera de vida, más bien, se callaba cuando tragaba la pastilla necesaria para equilibrar mi química desequilibrada. Finalizado el efecto, aparecía y comenzábamos nuestra rutina casi de trapecistas que volaban en el aire y se agarraban del trapecio nuevamente. Así somos, vivimos como un péndulo, yendo y viniendo, siempre al borde del abismo. 



Por si todavía no lo saben, mi amiga, enemiga o compañera de vida es Ansiedad. 



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