Testigo del dolor.
En cada paso, una lágrima golpeaba contra el suelo. Así por 15 cuadras.
Estaba quebrada, con un hueco en el corazón y un vacío en el alma.
Se me veía tan destrozada que dos personas sin relación alguna frenaron para ver si necesitaba ayuda, si quería llamar a alguien, si necesitaba algo.
Acostumbrada a caminar en tacos altos, nunca me había sentido tan insegura. Las piernas me pesaban y caminaban en un estado de "modo automático" porque mi cerebro estaba más concentrado en lo que estaba pensando (que de hecho, es esto) que si tenía que caminar o incluso respirar. Funcionaba a base de bocanadas de aire que de pronto me salían.
Lloré en silencio, con los ojos secos y ardidos, los labios hinchados y la cara caliente.
Mi único testigo del dolor fue mi departamento que al cerrar la puerta detrás mío, salió todo lo que tenía adentro.
Lágrimas incontrolables, sollozos, gemidos de dolor. No me reconocía, juro que no había sentido dolor tan grande por la perdida de algo y de alguien.
Pase de ser "la que nadie ve llorar" a "la que medio centro vio quebrar", eso es todo un logro y era por él. Él tenía la capacidad de sacarme las lágrimas mas sinceras y las risas mas fuertes. Con él aprendí mucho y me animé a mucho mas, ¿El problema? Ya no quería tomarme en serio y justamente eso era lo que quería, que nos tomáramos en serio, que seamos algo serio. Todo se ocasionó por algo totalmente ajeno a nosotros, a él, a mi. Era algo que había quedado enterrado en el tiempo y que no pensaba tocar porque quería el presente que vivía.
Sentía que él era el indicado, que lo había sido siempre. Soñé con él incluso antes de conocerlo personalmente, llegue a pensar mas de una vez en un "Te amo" pero nunca se lo diría, capaz era muy apresurado e incluso absorbía cada parte de él mientras dormía o hacía algo donde no se imaginaba que yo lo estaba mirando. No quería perderlo ni a él ni a lo que teníamos, porque como ya dije, quería algo serio. Se me emocionaba el alma con sólo verlo, con sentirlo cerca. Me provocaba cosas que nadie había tenido la capacidad de despertar en mi.
Si eso no es querer, que no sea nada entonces.
Estaba quebrada, con un hueco en el corazón y un vacío en el alma.
Se me veía tan destrozada que dos personas sin relación alguna frenaron para ver si necesitaba ayuda, si quería llamar a alguien, si necesitaba algo.
Acostumbrada a caminar en tacos altos, nunca me había sentido tan insegura. Las piernas me pesaban y caminaban en un estado de "modo automático" porque mi cerebro estaba más concentrado en lo que estaba pensando (que de hecho, es esto) que si tenía que caminar o incluso respirar. Funcionaba a base de bocanadas de aire que de pronto me salían.
Lloré en silencio, con los ojos secos y ardidos, los labios hinchados y la cara caliente.
Mi único testigo del dolor fue mi departamento que al cerrar la puerta detrás mío, salió todo lo que tenía adentro.
Lágrimas incontrolables, sollozos, gemidos de dolor. No me reconocía, juro que no había sentido dolor tan grande por la perdida de algo y de alguien.
Pase de ser "la que nadie ve llorar" a "la que medio centro vio quebrar", eso es todo un logro y era por él. Él tenía la capacidad de sacarme las lágrimas mas sinceras y las risas mas fuertes. Con él aprendí mucho y me animé a mucho mas, ¿El problema? Ya no quería tomarme en serio y justamente eso era lo que quería, que nos tomáramos en serio, que seamos algo serio. Todo se ocasionó por algo totalmente ajeno a nosotros, a él, a mi. Era algo que había quedado enterrado en el tiempo y que no pensaba tocar porque quería el presente que vivía.
Sentía que él era el indicado, que lo había sido siempre. Soñé con él incluso antes de conocerlo personalmente, llegue a pensar mas de una vez en un "Te amo" pero nunca se lo diría, capaz era muy apresurado e incluso absorbía cada parte de él mientras dormía o hacía algo donde no se imaginaba que yo lo estaba mirando. No quería perderlo ni a él ni a lo que teníamos, porque como ya dije, quería algo serio. Se me emocionaba el alma con sólo verlo, con sentirlo cerca. Me provocaba cosas que nadie había tenido la capacidad de despertar en mi.
Si eso no es querer, que no sea nada entonces.
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