Panic Attack
Se sentía pequeña, pequeñísima, minúscula en esa cama que tan bien conocía. Sentía que había triplicado su tamaño y ella era simplemente un punto en esa inmensidad.
Estaba aterrada por lo que su cabeza la indicaba que iba a suceder, simplemente era un ataque de pánico que la inundaba, le aprisionaba el pecho, no le dejaba respirar y le quemaba la garganta.
Bajo sabanas y frazadas, aún así se sentía helada. El ambiente estaba tenso y la frialdad rondaba por toda la casa, llegaba a su lado y al oído le susurraba "Esto va a doler", y así era. Le dolía mas que una daga en la espalda, mas que mil puñales en el estómago y sabía que ella era la causante de ese dolor, por ende no quedaba otro que enfrentarlo y decirle "Acá estoy, golpeame con todo lo que tengas".
Recalculaba una y otra vez como cometía tantos errores con una misma persona.
Con aquella persona que le proporcionaba la seguridad de 3 cajas fuertes Suizas, la calidez de un volcán en actividad,la madurez de cualquier sabio, y así mismo, la inocencia de una púber y la fortaleza de 150 montañas. Empezaba a pensar si era ingenua o estúpida (Capaz un poco de ambas...) en cosas tan obvias.
Pensaba y re pensaba cada paso que había dado para encontrar su error. No entendía como fallaba en la confianza si era la persona mas franca y transparente cuando estaba cerca suyo y si de algo estaba segura es que en cuanto a la confianza, se basaba en arriesgar, en saltar, en vivir, en ser y sentir. Conocía cada cambio emocional, cada expresión, cada ceño fruncido, cada hoyuelo y aún así, no podía creer que encontrara la forma de arruinarlo.
A veces simplemente callaba sentimientos por el hecho de que nunca se sabe como la otra persona iba a reaccionar, si asimilaría fácilmente un sentimiento puro como el querer a alguien, si podría digerir algo tan sincero como una muestra enormemente fuerte de cariño, así que prefería abstenerse a demostrar demasiado en cuanto hablar de sentimientos.
De lo único que estaba segura, era de que no quería perder a aquella persona que la había hecho crecer tanto. No quería borrar todo aquello que la había hecho sentir tan bien. No quería dejar eso.
Estaba aterrada por lo que su cabeza la indicaba que iba a suceder, simplemente era un ataque de pánico que la inundaba, le aprisionaba el pecho, no le dejaba respirar y le quemaba la garganta.
Bajo sabanas y frazadas, aún así se sentía helada. El ambiente estaba tenso y la frialdad rondaba por toda la casa, llegaba a su lado y al oído le susurraba "Esto va a doler", y así era. Le dolía mas que una daga en la espalda, mas que mil puñales en el estómago y sabía que ella era la causante de ese dolor, por ende no quedaba otro que enfrentarlo y decirle "Acá estoy, golpeame con todo lo que tengas".
Recalculaba una y otra vez como cometía tantos errores con una misma persona.
Con aquella persona que le proporcionaba la seguridad de 3 cajas fuertes Suizas, la calidez de un volcán en actividad,la madurez de cualquier sabio, y así mismo, la inocencia de una púber y la fortaleza de 150 montañas. Empezaba a pensar si era ingenua o estúpida (Capaz un poco de ambas...) en cosas tan obvias.
Pensaba y re pensaba cada paso que había dado para encontrar su error. No entendía como fallaba en la confianza si era la persona mas franca y transparente cuando estaba cerca suyo y si de algo estaba segura es que en cuanto a la confianza, se basaba en arriesgar, en saltar, en vivir, en ser y sentir. Conocía cada cambio emocional, cada expresión, cada ceño fruncido, cada hoyuelo y aún así, no podía creer que encontrara la forma de arruinarlo.
A veces simplemente callaba sentimientos por el hecho de que nunca se sabe como la otra persona iba a reaccionar, si asimilaría fácilmente un sentimiento puro como el querer a alguien, si podría digerir algo tan sincero como una muestra enormemente fuerte de cariño, así que prefería abstenerse a demostrar demasiado en cuanto hablar de sentimientos.
De lo único que estaba segura, era de que no quería perder a aquella persona que la había hecho crecer tanto. No quería borrar todo aquello que la había hecho sentir tan bien. No quería dejar eso.
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