De harapos a Haute Couture
Noviembre se esta yendo y con él, algo de mí. Bah, algo de la vieja Paula, porque claramente hubo un antes y un después en algún día específico (todavía no descubro cuál) en el que dejé de ser Paula y pasé a ser PAULA. La lluvia de ayer, un plan no concretado y una publicación de Haute Couture se fusionaron y desterraron en mí sentimientos que ya no necesitaba para que florecieran nuevos (si mal lo recuerdo, seguimos en primavera aunque el calor sea digno de algún infiero de Dante). La relación no es obvia, de hecho, seguramente no haya una relación, pero todos estos factores me hicieron sentir de una forma en particular: Me sentía como un vestido de alta costura entre medio de harapos de La Salada (ay, que egoshentricañññ. No. Bueno, capaz si, pero no intencionalmente). No me sentía así por decir que soy mejor que cualquiera, por supuesto que no. Pero si había un claro amor propio en crescendo que (espero) no se iba a derrumbar tan fácil. Lo principal fue reconocer que, si iba ...