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Mostrando las entradas de agosto, 2017

La fragilidad de los cuerpos

Con tremendo título creo que hay mucho por decir ¿no? Bien, primero quiero aclarar que no voy a hablar de la serie argentina, muy lejos de eso, simplemente tomo su nombre. Voy a tratar de ser lo mas clara, directa y resumida posible en cuanto a este tema, ya que quiero hablar de afuera hacia adentro, literal. ¿Que tan frágil es el cuerpo? Más de lo que crees. Si hablamos de afuera hacia adentro , podremos abarcar múltiples cosas, por ejemplo las heridas de guerra. Cada persona alguna vez tuvo una guerra contra el mundo -o contra sí mismo- que perdió, o que ganó pero quedo marcado. Debemos respetar a aquellas personas que han pasado por el infierno en carne propia. Que en sus muñecas ves surcos, en sus caderas cicatrices blancas o tatuajes que esconden algo. Que no tienen vergüenza de sus pequeños pocitos en las piernas, marcas inusuales en los glúteos o abdomen. ESAS son marcas de lo que fueron, de a que se enfrentaron y contra quien ganaron. Digo ésto porque a veces podemos pr

No es mala palabra

Actualmente hay una mala interpretación de las palabras o un mal uso de ellas, transformando todo el significado original o creando algo negativo. Ambición ¿a que te suena? A la mayoría de las personas le parece una mala palabra, algo horrible, terrible y que jamás debería ser pronunciada. Algo así como la Voldemort del diccionario. Me resulta bastante estúpido ésto, sinceramente, por el hecho de que me considero una persona ambiciosa (y acá es donde todos piensan «¡Que egoísta! Quémenla en la hoguera.» ). Ser ambicioso no te transforma en alguien horrible, frívolo, cruel y cualquier otra palabra que te parezca apropiada para nombrar a un ser que no querés. No, te transforma en alguien con ideales y aspiraciones a más. A ser mejor de lo que sos, a tener más de lo que tenés y a crecer. La ambición, desde mi punto de vista, es el centro de gravedad de las motivaciones. Sin ambición, no hay motivación, por ende, no aspiramos a nada. Nos quejamos porque lo que tenemos no es suficiente

Ellas y ellos, rompiendo expectativas

Quiero hacerles una pregunta seria ¿qué es mas frágil actualmente que el autoestima? La respuesta es simple: Nada. Si, nada. Estamos conviviendo en un mundo donde la talla de busto, cintura y caderas es mas importante que lo que contiene nuestra cabeza, eso hablando desde mi punto, el femenino. En cuanto al masculino, también están condenados, lo queramos ver o no. La mujer , aun que quiera luchar contra los ideales plasmados por la sociedad, siempre encuentra forma de encontrarse algo que no se gusta de sí misa, incluso si no lo dice. En secreto, pasan algún que otro minuto observando que cambiarían, a quien se quieren parecer, por qué no son como tal o cual modelo/actriz/cantante. Rozan su piel en búsqueda de surcos, marcas, profundidades lejanas -o no tanto- de lo que alguna vez su cuerpo fue. Pero debemos cambiar eso, debemos crear mujeres que se amen, que se sientan orgullosas por lo que tienen y lo que no. Y ya lo dijo Bebe: " Hoy vas a ser la mujer que te dé la gana de

La pregunta del horror

La esquivas a toda costa incluso cuando en la conversación parece casi inevitable. Tratas de distraer a la otra persona, pensando que jamás se tocará el tema y de pronto te largan la bomba: "¿Que somos?" Y ahí sentiste tu fin corriéndote por las venas y la palidez de tu cara destaca tu terror. Ahora yo pregunto, ¿por qué le temen tanto a una simple pregunta? No es cómo si te preguntaran tus secretos mas ilegales. Me resulta bastante inmaduro cuando la otra persona queda en shock al escuchar esas palabras. Es como si les quitaras la libertad, la vida, el buen humor y los transformaras en esclavos. ¡A ver, que es una simple pregunta! Una pregunta necesaria a lo largo de una relación y creo que le temen porque se sienten envejecidos de decir lo que es, o que van a lastimar a la otra persona. El tema viene simple, cada uno siente que una relación va mas o menos avanzada con alguien y dejar en claro las intenciones es lo mejor que podrías hacer. Lo importante no es decir lo qu

Je t'aime ou peut-être non.

Algunas personas nacemos con el romanticismo en la sangre (hoy en día considerado como un síndrome letal), nos guste o no, no podemos luchar contra ello. Nacemos guiados por las pasiones y las ganas de amar, de entregar todo lo que podemos por la otra persona y un cariño creciente día a día. Hay un lugar en el mundo donde, por cultura, es considerado el lugar para encontrar el amor: París, específicamente el Puente de las Artes . Éste puente es el conocido "puente de los candados" donde personas de todo el mundo viajan a dejar su amor plasmado en un candado con su inicial y la del amor de su vida, simbolizando un amor inquebrantable. Pero, ¿Que pasa cuando dos personas están paradas en el puente, una que no cree en absoluto en el amor y la otra que cree demasiado? Dos opciones: 1- Siguen su camino. 2- Deciden dejar su huella. En el caso de la opción uno, sería lo mas normal y sano. Pero si por alguna razón la opción dos realmente fuera una opción, resultaría deshonesto

La generación de la venganza

Como viviente de la generación Y o Millennial, debo admitir que estamos viviendo en la peor época. Somos una generación donde las relaciones se debilitan a causa de algo tan insulso como un chisme fuerte. ¿Qué nos está pasando? Tenemos la cabeza dada vuelta, enfocándonos en lo material y no en lo real. Dejamos de confiar en nuestra pareja por simples "likes" ajenos o un chisme de secundaria que vuela a la velocidad de la luz y que es simplemente eso, un chisme. Hermanos y hermanas Millennials , basta de eso. Basta de vivir en una burbuja cibernética, de enfocarse en nuestro ombligo y nada más. Basta de andar metiendo nuestras narices en donde no nos corresponde, ya sea en un problema o relación, NO. NOS. CORRESPONDE . Debemos apoyar a quienes queremos, ayudarlos a crecer como personas y en su carrera/trabajo/hobbys, pero basta de querer hacer problemas donde no los hay. Nos guiamos a través de sentimientos negativos, de a quien le pusimos mg, fav o like. De quien nos tira

Un nuevo número, un nuevo año.

Los cumpleaños son ese momento donde podés mirar para atrás y te das cuenta de todo lo que cambiaste, de todo lo que tenés y lo que ya no, de quienes está y quienes no. Podés estar parado entre medio de tu vida actual, tu pasado y tu futuro. El jueves fue mi cumpleaños y lo ví. Ví cómo en un año las personas cambian, se alejan, crecen. O a sí mismo, ves como las personas no maduran, se estancan y mueren sus sueños. Ví cómo mi vida era totalmente diferente -para bien o para mal, depende de quien lo mire, supongo-, ví como proyectos que en su momento parecían lo correcto, lo indicado y lo mejor, ahora estaban enterrados en un cajón porque no pudieron ser víables y se derrumbaron antes de comenzar. Pero también, parada en el medio, ví mas allá. Ví lo que me espera, lo que me rodea y todo lo que puedo lograr. Ví mis capacidades plasmadas en proyectos nuevos, más grandes, más importantes.   Mi cumpleaños me trajo todas las esperanzas que necesitaba, trajo la dosis de positivismo

Confia y hacelo

Todos -o al menos la gran mayoría- tenemos el prejuicio que para hacer algo que nos gusta, tenemos que saber de ello. Cómo si dejarse guiar por las pasiones tuviera cátedra en alguna universidad y con " hacer algo que nos gusta " no me estoy refiriendo a la carrera o trabajo de nuestros sueños, ya que ahí es un tanto obligatorio trasladar el cuerpo a una institución. No, me refiero a lo que sale de adentro. Adentro de nuestra mente que se dirige a los dedos, adentro de nuestro esternón que se dirige a nuestras piernas y brazos, adentro de nuestro ser que se dirige a nuestra garganta. Todos tenemos algo que es nuestra " pastilla anti-estrés " o nuestro cable a tierra, pero con nosotros mismos porque la idea general es desenchufarse de la tierra. Para eso tengo un simple consejo: ¿Te gusta escribir? Hacelo, por más que tengas millones de errores ortográficos. Pero no dejes de escribir por algo que se puede mejorar con el tiempo y la práctica. ¿Te gusta cantar a

Amor en tiempos de tecnología

Un visto en WhatsApp, pérdidas de "fuegos" en Snapchat, no hay like en Instagram ni un "fav" en Twitter donde le tiras un indirecta. Si, hoy en día medimos el amor que nos tiene alguien por la atención -o no atención- que nos da en las redes sociales. Y es así como se deteriora una relación. Celos, control, "ésto sí, ésto no". ¿Que nos ha pasado? Y si, encasillo a todo el mundo porque aun que muchos no lo digan, alguna que otra vez se les ha pasado la cabeza algo de ésto. ¿Por qué creemos que todo pasa por una red social? ¿Dónde quedo el "Te quiero ver ¿Podés ahora?", un ramo de flores (aun que sean sacadas de un pedacito de pasto en la vereda), un dulce (no importa si es una caja de bombones o una bolsita de golosinas)? ¿Donde quedaron las cosas que realmente importan? Le ponemos más atención a lo que el otro publica o deja de publicar demostrando cuánto te quiere, en vez de verlo con sus acciones. Vivimos en una relación dependiente con in