Peores miedos.
No hay pero temor que el del abandono.
Es un miedo frío que te ataca en el mejor de los momentos y si estas con alguien, tenes que disimular.
Los pensamientos se ponen filosos, incluso con una simple broma, la ansiedad y el miedo se ponen a trabajar juntos. Te susurran cosas como "Sabíamos que iba a pasar, te va a cambiar", "Te va a dejar ¿No te das cuenta que te está avisando?", "Se está yendo poco a poco, date cuenta".
Repasas una y otra vez si hiciste o dijiste algo para que te nazca el miedo. Rebobinas en tus pasos tratando de que la otra persona te dé pistas sobre si en serio va a dejarte o no.
Tenes el miedo latente de que un día ya no veas mas a la persona, se borre de tu vida sin dejar rastro de como se fue. Pensas constantemente en "¿Y si un día entro a casa y ya no hay nada?". Por que sí, el abandono es así, no te avisa y simplemente pasa.
El temor al abandono es ése que no te deja respirar, pensar, concentrarte. Es ese que te sube por el estómago, se te instala en la garganta, se forma un nudo y se queda ahí. Es ese donde sentís que tenes una piedra de 500kg en el pecho, donde te la queres sacar de encima y no sabes como.
No hay peor temor que el del abandono.
Es un miedo frío que te ataca en el mejor de los momentos y si estas con alguien, tenes que disimular.
Los pensamientos se ponen filosos, incluso con una simple broma, la ansiedad y el miedo se ponen a trabajar juntos. Te susurran cosas como "Sabíamos que iba a pasar, te va a cambiar", "Te va a dejar ¿No te das cuenta que te está avisando?", "Se está yendo poco a poco, date cuenta".
Repasas una y otra vez si hiciste o dijiste algo para que te nazca el miedo. Rebobinas en tus pasos tratando de que la otra persona te dé pistas sobre si en serio va a dejarte o no.
Tenes el miedo latente de que un día ya no veas mas a la persona, se borre de tu vida sin dejar rastro de como se fue. Pensas constantemente en "¿Y si un día entro a casa y ya no hay nada?". Por que sí, el abandono es así, no te avisa y simplemente pasa.
El temor al abandono es ése que no te deja respirar, pensar, concentrarte. Es ese que te sube por el estómago, se te instala en la garganta, se forma un nudo y se queda ahí. Es ese donde sentís que tenes una piedra de 500kg en el pecho, donde te la queres sacar de encima y no sabes como.
No hay peor temor que el del abandono.
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