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In the name of Jane Austen, stop romanticizing toxic love

 En mis jóvenes años de adolescencia, lamentablemente (o por suerte), he sido víctima de las tan ansiosas y maravillosas "novelas juveniles". De todas las que he leído, hay 3 en las cuales no puedo dejar de pensar; 50 Shades Of Grey, After y Beautiful Disaster. Hay quienes jugaban en el equipo "After" contra quienes jugaban al equipo "Beautiful Disaster". 50OG ni siquiera era comentador del partido, pero unos años luego quizá lograría ser al menos árbitro. Estas maravillosas novelas tenían los mismo factores en común; la dulce e ingenua muchacha que comienza (o está en) la universidad, el muchacho problemático que rompe corazones -y todo lo que haya a su paso-, el primer encuentro poco convencional, la virginidad de la protagonista y como él se la quita, los problemas emocionales de él que conllevan a que ella se aleje y entre tires y aflojes, hay una redención de su parte lo cual hace que ella vuelva a sus brazos. Suena familiar, ¿no? Las 3 novelas son ex...

Año nuevo, ¿mismas expectativas?

Ya estamos a 16 días del 2021 y la gran mayoría de las personas aún están esperando ese "cambio de año". Una de las mayores frases que he escuchado en menos de 20 días ha sido: "Es como seguir en el 2020, como si fuera el mes número 13". Es comprensible si en julio del 2020 teníamos expectativas de que la pandemia acabara en 2021, pero me resultó desconcertante seguir escuchando que esperaban un cambio para el 2021 a 3 días de cambiar de año. Entonces, la pregunta: ¿La expectativa de un año diferente es real o es una forma de escapar de todo lo que nos ha quitado el 2020? A mi parecer, deberíamos esperar lo peor, o ni siquiera eso, deberíamos no tener expectativas. Soy fiel creyente que en ciertas  situaciones es mejor dejarse sorprender que vivir una completa desilusión que nosotros mismos creamos. Este 2021 de verdad no espero menos que aquello que nos dio el 2020; clases virtuales, estrés hasta la nariz, litros y litros de café, PDFs por todos lados y videollamad...

Si la creencia toca tu puerta ¿Vas a ser Scrooge o un partidario de ella?

 En un año como el 2020 donde la pandemia nos ha atravesado en todos los ángulos posibles, existe cierta coherencia que de pronto seamos devotos a algo. Hay quienes han descubierto el tarotismo y el horóscopo -y con ello las lunas en escorpio y los eclipses solares de capricornio-, otros quienes han descubierto la fé cristiana a la vuelta de la esquina. También tenemos a quienes de pronto le encuentran sentido científico a todo y la racionalización es la capitana del barco llamada vida . Porque no hay nada mas místico que creer. Creer en Dios, el universo o el amor.  Entonces, la pregunta ¿Si hemos encontrado el sentido a todo, si nuestra vida finalmente esta guiada por esta mística, esta fé y esta explicación, por qué seguimos dudando y juzgando las creencias ajenas?  Entiendo a aquellos que no creen en nada (o no lo han descubierto aún) que juzguen a aquellos que sí, porque en definitiva el otro estaría teniendo algo que nosotros no y en cierto punto lo queremos, así qu...

El vacío entre el arte y el artista

Con el reciente fallecimiento de Diego Maradona, un ícono en Argentina y en el mundo, el país se ha divido (acá hago la exclusión del país porque generalmente en el exterior no se conocen los trapos sucios de los ídolos locales). Una muerte latente, punzante, tensa y predecible, sin duda. Una muerte que separó al arte del artista, donde su destreza de hace años eclipsó su humanidad.  Entonces, la pregunta: ¿Perdonaremos a todos los artistas, deportistas y figuras públicas el daño que han hecho en su vida privada, simplemente por destacarse en algo particular?  Lo irónico de su muerte es la fecha: 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación contra la violencia hacia la Mujer (o violencia de género). Quizá en el afuera se preguntarán ¿por qué la ironía? En Argentina fue conocido no solo por patear la pelota como nadie hasta la fecha, sino por actitudes misóginas, homofóbicas, abandonar a sus hijos y abusos físicos (e incluso ha salido a la luz más de una vez fotografías...

NoMo hoy, NoMo por siempre

 En la era de la "opinología" (léase como el derecho a opinar libre y descaradamente), parece que todos tienen argumentos fuertes cuando en realidad practican un discurso ensayado con argumentos pobre en pruebas y fuertes en, obviamente, opinión.  Así es como arranca la rueda de debate. Estamos en una sociedad donde las mujeres ganamos terreno -a paso de tortuga, pero terreno en fin- y sin embargo queda en duda nuestra capacidad para determinar si ser madre o no. De los argumentos más fuertes que he escuchado -y de nuevo, con cero estadísticas- es el ya conocido: "Pero aún sos chica, ya vas a querer". Cuando al parecer el hombre ya tiene determinado que no querrá (o si querrá) tener hijos desde el minuto que puede racionalizar.  Entonces, la pregunta: ¿De verdad las mujeres cambiaremos de opinión o es la palabra ajena la que nos hace cuestionarnos? Esta vez no voy a hablar en términos de estadísticas, pero quiero aclarar que existimos. Las mujeres que no queremos se...

¿Qué tan largo es "a largo plazo"?

Alguna vez todos hemos pasado por el proceso de llenar algún tipo de formulario con nuestros datos. Esos donde vemos "Edad - Género - Nacionalidad" y casi siempre encontramos ese espacio en blanco delator: "Estado civil". El problema no es la respuesta, sino que a veces nos hace contemplar por todos los estados civiles que hemos pasado y nos hace cuestionar cuanto tiempo estaremos en el estado que estamos ahora, cuanto duró la última vez y cuando será la siguiente. Entonces, la pregunta: ¿Ninguna relación es a largo plazo salvo la que tenemos con nosotros mismos? Si consideramos es algo obvio (nacemos y morimos con nosotros mismos como persona constante en nuestra vida) y las estadísticas nos acompañan.  En el 2017 por cada 100 casamientos había 65 divorcios y el siguiente año el pronóstico no fue mejor, ya que los divorcios subieron un 41%. En algunas provincias como Río Negro en 2018 se presentaron 2291 matrimonios mientras que en 2019 hubo solo 2017 casamientos. ...

Think global, make it local

 A lo largo de nuestro desarrollo como seres humanos hemos estado influenciados o expuestos a diferentes estímulos que de alguna forma nos hacen ser quienes somos y querer lo que queremos.  La ecuación de lo que digo es muy simple: Si crecemos rodeado de naturaleza, con una dieta libre de conservantes, en un ambiente no solo tranquilo sino con poca gente a nuestro alrededor, la simple idea de vivir en la ciudad suene una locura y algo totalmente incompatible, lo mismo a la inversa. Alguien expuesto a las luces de los rascacielos, las bocinas de los autos y el smog de los caños de escape, en el momento en que lo dejes 10 minutos a solas con sus pensamientos en el medio del campo, se volverá totalmente demente.  A esto le sumamos que cuando crecemos, gracias a las influencias, creamos nuestras propias expectativas. Nos transformamos en políticos, periodistas, diseñadores, ingenieros agrónomos, etc. Y la situación se complica cuando nuestra cabeza está más allá de nuestra po...