Un pedazo de oscuridad en la noche.

Creo que nos manejamos a medida que va cambiando el día. Durante el día podemos ser las personas mas sonrientes, pero al caer la noche nos sentimos en la soledad opresiva.
Cuanto mas de noche se hace, mas tristeza crece en nuestro interior. Es como si todo el mundo siguiera, vivos con la noche en sus ruidos y luces multicolores, mientras uno trata de no derrumbarse en una cama.

Mientras mas solo estás, mas difícil es combatir tus huracanes interiores. La depresión y la ansiedad te abrazan, lo hacen porque estas disconforme con todo tu entorno y no sabes como solucionarlo, lo hacen porque no querés estar con nadie y al mismo tiempo no querés estar solo, lo hacen porque no sabes como decir que estás terriblemente mal, que querés volver a los medicamentos o que directamente querés internarte. Si, la depresión y la ansiedad son crueles y cuanto mas te callas, mas crueles son.

Cuanto mas sólo estás, mas rápido abrís la canilla del baño para llorar. Más te tardas en la ducha dejando que todo fluya desde los ojos hasta la mandíbula, dejando un camino caliente en tu cara, rastro de las lágrimas hirviendo. Más te cerras en vos diciendo "Estoy bien, sólo estoy cansada/o" ante la pregunta de "¿Estás bien?" Más sumergido en tus pensamiento estás, siendo consciente de que mientras pensás en lo que vas a escribir mas tarde es en todo lo deprimida/o y ansiosa/o que te sentís, al mismo tiempo estas sentado al borde de la bañadera como en trance, mirando fijo la puerta esperando que un milagro divino te haga sentir mejor o acomode el desastre que es tu vida.

Mientras mas de noche se hace, mas difícil es el impulso de querer desaparecer, de querer dejar de sentirte miserable, de por fin ser feliz porque sentís que nada en tu vida está donde debería estar.



A veces nunca quiero que se haga de noche.

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