El diablo viste de Prada.

Escuchabas resonar sus Christian Louboutin en el piso de márfil y sabías que era ella. Era su sonido personal. Veías sus rizos salvajes moverse como melena en cada paso, cual leona que cazaba a su presa.

Había dejado de creer en el amor hacía ya muchos años atrás y en cambio empezó a creer en su Imperio. Y eso hizo, logró su propio imperio mundiamlmente reconocido en cada tienda, red social, pagina de moda. Donde miraras, estaba ella.
Se autoconcideraba la Miranda Presley de su generación. Había aspirado toda su vida a tener ese poder y control sobre todos (y a trabajar en la industria de la moda, obviamente)

Era endiabladamente inteligente, hermosa, elegante, manipuladora y sensual.
Era esa clase de mujer que te voltearías mas de una vez si te la cruzaras en la calle, por el simple hecho que no solo te llamaba la atención su estilo, sin dudar alguna, carísimo. Sino que tenia un misterio inalcanzable. mágico, atrayente.
Pero no te confundas, a simple vista era una cara bonita y en cuanto caías en sus redes, lamento decirte mi amigo, que ya era demasiado tarde. Ella sabía jugar perfectamente el juego de la vida, ya que en el del amor se había dado por vencida.

El diablo puede vestirse de rojo, de negro, gótico, romántico, pero éste diablo... Se vestía de Prada.

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