Be my Valentine

La semana pasada estuvimos en presencia de un día en donde la comercialización era el principal movimiento (sin cuidado, como el resto de los días festivos) y también la razón por la cual tantas personas nacen en noviembre, San Valentín. Lo que diferencia este día de los otros es la separación abismal entre las personas en cuanto al día en sí.


Por un lado tenemos a aquellos que regalan chocolates, flores, cartas, dedican canciones, hacen gestos mas delicados que cualquier otro día. Por el otro, están aquellos que detestan ese día respaldandose con que solo es comercial y que el amor debería celebrarse todos los días. Son los mismos que en la calle separan a las parejas caminando por entre medio, resoplan cada vez que ven un puestito de flores y reniegan con las vidrieras teñidas de rojo y rosa. Ojo, los entiendo, yo también detestaba ese día por gracias a que tenía el corazón sumamente roto, pero aprendí algo muy importante a través de los años viendo como el patrón de actividades ajenas se repetía: hay que dejar que el resto ame como quiere.
San Valentín es el día del amor o de los enamorados, eso no quiere decir que es el día de las parejas. Podemos celebrarlo incluso si no estamos con alguien. Se festeja por ese amor que se fue, por el que vendrá. Por el que vive a mil kilómetros y es mutuo, o el que está a la vuelta de casa pero es secreto. Se brinda por el amor propio y por el de tener amigos cerca. San Valentín no debería ser excluyente por aquellos que tienen a alguien a su lado, pero está en manos de uno saber festejar por el amor que queremos y evitar enojarnos por aquellos que lo hacen. Los anti-amor también pueden participar. Pueden salir y festejar por el hecho de no querer una relación, por una mala relación pasada que (menos mal) ya no está presente, por el amor que algún día buscaran.
Me parece simplemente egoísta insultar o enojarse con otros porque festejan algo con lo que no uno no está de acuerdo, o no le gusta.  VIVAN Y DEJEN VIVIR, tan simple como eso.
El amor existe en todas sus formas y colores, no implica solamente una relación amorosa. En cuanto la venda de la negatividad se caiga, cosas tan pequeñas como quien festeja ese día y porque pasarán a un segundo plano porque vamos a aprender a ver más allá de lo comercial.


Un día encontraremos a alguien que nos haga ver el detalle y no el precio. Que nos haga ver la flor, no la espina, y ese día se habrán roto aquellos argumentos por los cuales la mayoría no está de acuerdo con ese día. El amor es, sin muchas definiciones.

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