R. E. S. P. E. C. T.

Mundialmente hace unos días hemos presenciado a mujeres levantarse y gritar por lo que son y merecen. El 8 de marzo, desde Latinoamérica hasta Europa, todas dieron grito en el cielo.


Seas feminista o no, no es el punto de la ecuación.
A diario las mujeres pasamos por situaciones espantosas y totalmente incómodas que un hombre jamás podrá tener, por el simple hecho de que la sociedad les ha dejado todo a su merced.
Al parecer las mujeres tenemos la capacidad de entregar respeto a las de nuestro mismo género y sexo, pero los hombres no. Puedo contar con una mano los hombres que no me han dicho o hecho algo que me pusiera incómoda y creo que ahí es la raíz de todo.
He visto mujeres bellísimas en la calle y hombres sumamente hermosos y sin embargo, jamás se me escapo un insulto o un "piropo" que le hiciera sentir a la otra persona algo similar al asco, ¿Por qué los hombres tienen esa necesidad de gritar lo que se les venga en mente? No esta bien, no es lindo, no es respetuoso.
Los halagos y piropos deben darse en un marco de respeto e incluso de intimidad, donde ambas partes claramente estén accediendo a escuchar y decir lo que quieran. La calle no es uno de esos lugares, que quede claro.
Me resulta repugnante pensar en todos aquellos hombres que dicen, gritan y acosan a las mujeres y niñas por las calles, trabajos, clubes nocturnos, transportes públicos, cuando en su casa tienen una esposa, una hija, una hermana,una madre, una prima, etc. Y cuidado, no me estoy postulando del lado del feminismo o del machismo, me pongo del lado de la mujer que a diario lidia con esas cosas.
Las mujeres año tras año se irán levantando con mas fuerza, con mas poder y con mas aliadas, porque somos muchas y sabemos cuanto valemos.



Ya no queremos peluches y cartas en nuestro día, queremos respeto y que dejen de matarnos.                                 

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