Entre el azar y las exactitud

Todos alguna vez pensamos en el «¿Que pasaría si..?». Que pasaría si le respondiéramos el mensaje de WhatsApp, que pasaría si rechazáramos el trabajo que nos ofrecieron, que pasaría si cancelamos el vieja que planeamos, que pasaría si hubiéramos dicho que si. Que pasaría si. 
Los dedicados a las ciencias exactas no están muy conformes con esto de la incertidumbre, el azar. De esta forma llegaron a teorías sugiriendo que el universo podría ser determinista, más simple, si conocemos la situación exacta de las partículas que lo conforman en un momento determinado, se podría predecir el futuro y por ende, de todo el universo. 

La pregunta ahora es, ¿Te atreverías a saber que va a pasar en cada momento?

Los riesgos del saber que va a suceder es que, jamás aprenderíamos de los errores que hoy tomamos como lecciones. El tener las respuestas  todos simplificaría muchas cosas, pero la parte humana de cometer errores, caerse, levantarse y esforzarse aún más quedarían de lado. Nadie se tomaría el tiempo de descubrir, desde su gusto por algo tan simple -y al mismo tiempo personal- como un estilo determinado de vestir, hasta lo que es nuestro futuro, la carrera universitaria. ¿Estarías dispuesto a ser una persona "perfecta" por el hecho de jamás haberte equivocado? Los riesgos a correr podrían ser muchos, desde un desarrollo de obsesivo-compulsivo a la perfección hasta una vida vacía de esos recuerdos que uno hace cuando es joven (que te castiguen por escaparte de casa, hacer un viaje a dedo, incluso que te rompa el corazón). Con esa teoría podríamos decir que la idea de una vida perfecta esta casi en nuestras manos, pero también, lo que es perfecto para uno lo es para otros, entonces se plantea otra pregunta, ¿Sería viable un mundo donde todos distorsionan el "destino"/"universo" a su antojo? A simple vista la respuesta sería no, porque todo el mundo estaría cambiando constantemente el funcionamiento correcto de la naturaleza simplemente para que "las cosas le salgan bien"




A simple vista, esta teoría presenta un millón de oportunidades frente a cuestiones cotidianas, económicas, sociales, científicas y hasta religiosas, quizá el mundo no está preparado para más caos del que ya tiene.

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