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Mostrando las entradas de febrero, 2019

Cheaters on time.

En la vida de las relaciones todos alguna vez fuimos el engañado o el que engaña. Pero, ¿Que se considera el engaño? Y lo mejor ¿Cómo uno mide que tan grave es el engaño, si se puede solucionar, si es irreversible, etc? Jugamos al gato y al ratón, quién atrapa a quién, quién queda arrinconado, quién queda de rodillas confesando. Quién llora, quién se marcha, quién dá la segunda oportunidad. Las relaciones amoroso- sociales tienen reglas que todos seguimos y nadie sabe quien fue el primero en escribirlas. Engañamos y somos castigados socialmente, no lo admitimos y nos sentimos culpables. ¿Es mas grave un beso o una relación sexual? En definitva ambos implican un movimiento físico (y químico). ¿Los hombres son mas infieles que las mujeres? No, eso lo dudo y hasta lo igualo. Un beso, un tacto, una mirada, un like, un WhatsApp. El juego de probar terreno, de ver hasta donde es capaz la otra persona de ir. ¿Es engaño si no hay un acuerdo de exclusividad? Eso son las relaciones, pregu

El egoísmo de amar(se)

Entre cicatrices y hoyuelos, ahí crecía el amor. Entre celulitis y estrías, ahí se curaba el dolor. Entre un extremo y el otro, ahí estaba la sanación. Manchas, cicatrices, celulitis, pozos, marcas de guerra de quienes fuimos y quienes somos. Destapate, revelate, enfrentate y amate, a quien no le guste que se tape los ojos. Tanto has llorado, tanto lo has intentado. Hoy tu amor propio es tan grande como un bosque e indestructible como el tiempo mismo que te llevó estar acá. Practicas la confianza, le rezas al respeto y prendes una vela por cada vez que tu cuerpo te agradece el amor que le das. Rechazas el pecado de la humillación, castigas a aquellos que predican como debe ser el cuerpo de una persona según sus normas y los mandas a confesar sobre sus propias inseguridades. Un altar, un trono y un ser espiritual, en todo eso te convertiste. Te convertiste en mito, en leyenda, en historiadora y predicadora. Tocaste terrenos físicos y espirituales buscando tu sabiduría y s

In a half reborn: Finale, P3.

Llorar es la bocanada de aire luego de una inundación interna.  Nacemos llorando, buscamos entender, respirar y ser. Nos acostumbramos a la hostilidad del aire y del vivir, nos calmamos, recuperamos y observamos el panorama nuevamente.  Así como buscamos oxígeno, también lo rechazamos en el momento que por decisión propia nos ahogamos. Tocar fondo y observar desde abajo, sentirnos derrotados y autoconvencernos de volver más fuertes, inquebrantables. Volvemos igual, más rotos, más inteligentes, más vacíos. Llorar es reconocer emociones, pero primero, hay que sacarse el abrigo de "los hombres no lloran, las mujeres son más sensibles". Todos necesitamos drenarnos en algún momento. ¿Buscar un poco de oxígeno o aguantar hasta explotar cual represa contenida? Esa es la cuestión. Sobrevivimos a nuestra propia ignorancia, nuestra necesidad de validación, nuestra inmensa infelicidad a costa de que otros estén bien, pero no sobrevivimos a la idea de despojarnos de todo y desnu

In a half reborn: The purple, the marfil and crystal (P2)

Conocer personas siempre es bueno, hasta que las cosas comienzan a ponerse difíciles. Difíciles ahí, donde están lo suficientemente cerca para no olvidarte, pero lo suficientemente lejos para no sentir.. Ahí, en esa distancia que dolía, que tiraba y que lloraba. Ahí,  el lugar preferido. Ahí,  en la torre de marfil donde nadie nos toca, pero que con leves apariciones removían días y resonaban sentimientos, tu lugar. Acá, anhelando, guiando y sugiriendo, sin restricciones como rocío del amanecer.   Acá, comprimiendo, absorbiendo e idealizando lo que fué y no será. Manipulando sentidos, descalibrando ideas, desmembrando momentos. La torre de marfil, la caja de cristal. Observamos y somos observados, pero ¿Hasta que punto? La ceguera de uno, la ilusión del otro se combinan y apropian. Se mezclan, se regeneran.  Las tensiones que se cortan con un parpadeo, el evitar mirarnos, el impulso acumulado hace meses en el que preferimos mirara a un costado, porque si miramos al frente nos e